-Tan a la moda, tan presuntuosa, tan…
-Cariño, deja de espiar por la ventana a la nueva vecina…
-No soporto que esté por aquí con esos vestidos, tan coloridos, ese jardín, esas rosas, sus muebles chillones; ¡incluso su perro es de raza!
-Él, mirándola incrédulo: “Realmente no entiendo por qué te afecta tanto…”
-¡Quiero que se vaya y quedarme sus vestidos! Echémosla, como hicimos con la anterior y la anterior…
-Está bien, cariño, la asustaremos y la tiraremos, pero dime, ¿dónde viste a un fantasma en esta santa casa vestir como el arcoíris?
Fin
Divertido. Demasiado corto