Quiero despertar cautivo
en el bullicio de tu cuerpo,
abrazando cada asimetría de tu piel,
a cada sombra desnuda tuya,
donde los matices de la mañana se despliegan.
Despertar atrapado entre tus labios,
puerta a mil palabras,
que encierro y desato,
y se posan con gracia sobre la cama,
como pétalos rojos llameantes en calma.
Tus besos, febril suspiro mío,
rozando mi mejilla, y en el adiós,
me susurran suaves recuerdos,
dibujando memorias en la tez de la madrugada.