Mi corazón, extraviado en tu verdad,
supo en silencio entender, que te amé con fervor,
explorando tu ser, cada rincón,
hasta perderme en la ingravidez de la noche.
Porque eras un misterio en sí mismo,
te amé con intensidad, sin temor.
En la locura, hallé todo lo que ansío,
fuiste mi travesía,
mi suave destino.
En tu amor busqué la redención,
mi verso desgarrado,
lo no dicho.
En tu amor busqué la libertad,
lo vivido,
y hallé mi anhelo vacío.
En tus ojos atronadores,
encontré mi calma,
en tus besos y risas, consuelo.
En mi corazón fuiste
el origen incomprensible
del fin de toda mi soledad.