Me gusta escuchar cómo late tu corazón,
sentado a tu orilla,
trae consigo los murmullos del mar,
de mar tranquila,
como un eco lejano
del calor del hogar de nuestra infancia.
Mar de antaño,
mar infinito,
mar dorado.
Un tiempo que una vez fue,
en la cadencia suave de cada suspiro.
Así que permíteme quedarme aquí, contigo,
hasta el último latido,
renaciendo en el presente suspendido en el tiempo.
Una petición muy bonita,para el resto de la vida.