Menú

Tu amor fue una traición hábilmente urdida

Tu amor fue una traición hábilmente urdida,

la monotonía de tus fríos labios

siempre fueron más escasos que tus promesas,

que ahora has entregado a otro

ocupando mi lugar en tu lecho.

No sé si eso me alivia el peso,

o si solo agranda la agonía en mi pecho.

Tal vez encuentre consuelo,

no hay pena que no se alivie con el tiempo.

Aunque el recuerdo de un amor fallido

quede encendido, yo desecho,

sin más, me despido y avanzo

hacia el siguiente extravío.

Tal vez, al saber que ya no eres mía,

encuentre alguna otra compañía

que me ofrezca consuelo,

en la certeza de tu perfidia

descansa mi despecho.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio