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Verte madrugar (humorístico)

es una oposición a uno antiguo llamado Verte sonreir I

🙂

 

Verte madrugar

es aguantar tus ojeras,

tu mal humor,

el peso de la rutina,

una luz que apaga

la cruda realidad del día a día

que con un café no se alivia.

Verte madrugar,

es presenciar el frío,

en una ciudad adormecida,

donde cada rayo de sol

te arrebata el cobijo,

y, sin piedad, perturba

la quietud de noches tranquilas,

que no se alivia ni con dos cafés.

Verte madrugar,

es encontrarte con el cansancio,

la desgana en tus ojos,

es no querer verte

mientras la oscuridad persista,

y encarar el desafío de un día

sin tregua,

sin descanso

ni pausa.

Tres caféteras ya no bastan.

 

 

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