Menú

Ahí estoy

Ahí estoy,

lo sabemos,

sin decirlo,

sentado en el andén de tu piel

sin horarios,

donde todo se vuelve posible,

tan sencillo,

hasta que la espera

llega a doler.

Tus paradas,

tus latidos,

soy pasajero,

tuyos mis caminos.

No soy viajero,

ni supe serlo,

cuando ya te habías ido;

y no sé cómo llegar,

a la frontera de tu cuerpo,

ni a cuántas cicatrices estás de lejos.

Ahí estoy,

entre los raíles,

dudando,

yo no sé partir

si no es contigo.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio