Cansado de todo,
de lo que huye de mis manos,
lo que se atraganta en mi boca,
lo que mi pecho anhela y no toca,
donde no encuentro la calma.
Agotado entre tanto ruido,
del peso de un alivio,
sintiendo lágrimas que no entiendo.
Me desespero al observar
el vaivén en un mar,
triste y opaco, de derroteros ajenos,
fingiendo caminos que no son míos.
Nada en mí parece cierto,
amores distorsionados,
mi yo sincero abandonado,
entre mentiras y engaños,
busco desesperadamente un destello de autenticidad,
¿Qué me consume?
Descubrir, arrastrándome en el ahora,
la verdad de quién fui.
¿Qué me mantiene con vida?
Una ilusión obsesionada
que se aferra con firmeza a mis entrañas.
Un faro solo es útil en plena oscuridad.