Cómo decirle al mundo
que no son las heridas de mi piel
por donde mi dolor sangra.
Tengo muchas otras,
que no se pueden ver,
sacuden y afligen mis raíces,
invisibles, en lo más profundo,
hasta hacerme caer.
Hace tiempo que no vivo,
me detuve moribundo.
Cómo puedo hacerle entender al mundo
que ando por losas quebradas,
que en este agostado sendero mío,
y a cada paso agotado que doy,
más me hundo.
No hay amparo,
camino desnudo y descalzo por el frío.
Ya no vivo, muero a cada segundo.
Esperaré aquí sentado en este camino,
cansado de tanta victoria fallida,
de llenar mochilas con promesas y olvido.
No supe encontrar la vida en cuatro días
me faltó tu aliento desde el primero,
en un ahora hueco,
donde me detengo.