Cómo gritar al mundo
que no son las heridas de mi piel
por donde mi dolor sangra.
Tengo muchas otras,
que sacuden y afligen mis raíces,
en lo más profundo,
invisibles,
hasta hacerme caer.
Hace tiempo que no vivo,
me detuve agotado, moribundo.
Cómo puedo hacerle entender al mundo
que ando por losas quebradas,
en este agostado sendero mío,
y a cada paso que doy, más me hundo.
Camino descalzo y desnudo,
ya no siento ni el frío.
Sigo vivo pero muero a cada segundo.
Esperaré aquí sentado en este camino,
cansado de tanta victoria apilada,
de llenar mochilas con piedras
que nunca construyeron nada.
No supe encontrar la vida a tiempo,
me faltó cordura y aliento.
Me detengo
en un ahora hueco
que me sigue reclamando.
Seré polvo de nuevo.