Dices que mis letras no hablan de ti,
que hay un mentir en mis <te quiero>,
pero te digo tantas cosas en mis páginas en blanco,
verdades sin mutilar,
que durante el día
las entierro en el fondo de mi pecho,
y en la soledad de la noche, salen a respirar.
Una hoja en blanco
es un laberinto oscuro,
reflejo de lo que temo
cuando no estás.
Cada verso que te dedico,
es un pequeño suicidio,
de letras y lágrimas saltando al vacío,
de un verbo atrapado entre mis dedos,
que no sé cómo pronunciar.
En el mentir de mis palabras
escondo un <te quiero>,
un veneno en mi garganta,
como única forma de existir,
como única forma de soñar.