Menú

Miro a ese hombre

 

Miro a ese hombre,

ahí de pie, parado,

veo sus ojos huecos,

llenos de interrogantes,

y de pensamientos enredados. 

No puede expresar palabras,

y desde la distancia

siento el temblor de sus huesos

en su mirada. 



Vacila,

su corazón aún late,

y se adentra errante

entre callejones estrechos

evitando la luz. 

No existe otro camino,

y cada paso lo acerca

más a la soledad.

Miro a ese hombre

deambular desolado,

en silencio,

y me pregunto si no estará

muerto por dentro. 

Su languidez me es familiar. 

Me pregunto, si acaso

no seré yo reflejado en el espejo.



Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio