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Te fuiste

Te fuiste

y en tu partida quedé varado

entre las grietas de los días,

bajo un árbol que olvidó alzarse,

de ramas huecas y manos vacías,

y no recuerda de qué colores coronarse.

De su tronco desnudo

tallaré máscaras

con las que cubrirme

mientras sus raíces devoran mi hambre.

Sobre la tierra veo

heridas de mi carne,

lágrimas secas,

sedientas de cielo,

que no partieron

esperando otro instante.

De rodillas en el polvo,

como un títere roto,

se clavan las espinas

suspendidas en el aire.

Enciendo un cigarro

y el humo baila con tu memoria.

Todo a mi alrededo arde,

soy apenas un verbo arrojado a la calle

cuyas huellas el viento deshace.

De mi sangre florecen canciones

que duermen tras cristales.

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